El Santo Grial es uno de los objetos más misteriosos y fascinantes de la historia y de la leyenda. Se trata de la copa o el plato que se utilizó en la Última Cena de Jesucristo, y que según algunas tradiciones, también recogió su sangre en la cruz. El Santo Grial ha sido objeto de búsqueda, veneración y controversia a lo largo de los siglos, y ha inspirado numerosas obras de arte, literatura y cine. Santo Grial de Valencia ¿Qué es el Santo Grial? El Santo Grial es un término que proviene del francés antiguo “san graal” o “san greal” , que significa “santo plato” o “santo vaso” . El origen de este término se remonta al siglo XII, cuando aparecieron los primeros relatos literarios que mencionaban el Santo Grial como un objeto sagrado y maravilloso, relacionado con la vida y la muerte de Jesucristo. Sin embargo, el concepto del Santo Grial es mucho más antiguo y complejo, y se ha ido enriqueciendo y transformando con el paso del tiempo y con la influencia de diversas culturas y tr
Al parecer, todo apunta a que ni la dama de la pintura es
una desconocida, ni la piel que lleva es de armiño, ni el autor es El Greco.
La identidad de la dama, según
varios estudios actuales, muy probablemente sea la Infanta Catalina Micaela, Duquesa
de Saboya, e hija de Felipe II e Isabel de Valois.
Autoría
Es un cuadro cuya documentación es escasa y tardía y en el que ciertas afirmaciones hechas en un momento dado, sin base ni fundamento, se han ido manteniendo hasta fechas recientes.
"La dama del armiño" |
Sin embargo, “La
dama del armiño” es una pintura rodeada de interrogantes y polémicas entre los
historiadores actuales. Pese a sus modestas dimensiones (60 X 50 centímetros),
este óleo sobre lienzo ha cautivado la atención de los especialistas durante
años, y de forma especial en las últimas décadas.
Tradicionalmente se
ha considerado que esta pintura, cuya figura femenina mira de forma penetrante
y misteriosa, y a lo mejor con cierto desafío, al espectador, es obra del artista
griego. Pero de hecho, ha sido en los últimos años cuando han sido varias las
voces que descartan que la pintura sea
una obra de El Greco.
Lo cierto es que el
retrato es un tanto atípico respecto al resto de la
producción del artista, quien retrato a pocas mujeres. El
detalle de que la dama fuera retratada mirando con cierto
aire de desafío e incluso de seducción tampoco era muy habitual en la pintura
de comienzos del siglo XVI, pues no se consideraba apropiado que una mujer
estableciera contacto visual directo con el hipotético espectador de la obra.
Pero si el autor de
la obra no fue El Greco, ¿quién fue el responsable de su creación?.
La primera noticia que se tiene del
cuadro es la de que hacia 1836 el marchante madrileño Serafín García
de la Huerta lo vende al Barón Taylor para la
colección Louis Phillippe como
la "Hija del Greco" y con este
nombre se expone por primera vez en la "Galerie
Espagnole" de París en
1838. Al disolverse esta colección en 1853 es adquirido por el coleccionista W. Stirling
Maxwell. Es posible
que fuera el propio vendedor, García de la Huerta, quien le atribuyera este
origen.
La corriente de recuperación de la obra de El Greco que se inicia a finales del XIX trae consigo la investigación sobre su vida personal del artista griego, lo que lleva a la convicción de que el pintor no tuvo ninguna hija, por lo que, sin otro fundamento que lo justifique, en 1900, Sanpere i Miquel propone identificarla como la mujer del artista, Jerónima de las Cuevas, consideración también infundada que ha llegado a nuestros días.
El Greco, posible autorretrato |
En realidad la atribución
al Greco de este retrato ha sido puesta en cuestión desde
comienzos del siglo XX por diversos críticos: Aureliano
de Beruete, que creía ver en él la mano de Tintoretto; Lafuente
Ferrari, que consideró que debía ser del círculo de Sánchez
Coello; o José Gudiol, o más
recientemente el propio Fernando
Marías, considerado por muchos el
máximo especialista en el Greco.
El periodista e
investigador Antonio García Jiménez, incluso se
atreve a ir aún más allá y dice que no sólo la obra no sería El Greco, sino que
ni siquiera habría sido pintada en el siglo XVI. Para este estudioso, la pintura fue creada en el siglo XIX,
y posiblemente está retratando a una actriz que en aquellas fechas representaba
la obra ‘La judía de Toledo’.
Según García
Jiménez, es posible que fuera el propio Serafín García de la Huerta –al parecer
conocido en la época por atribuir sin demasiada fiabilidad pinturas a artistas
célebres–, quien afirmase sin mayores pruebas que ‘La dama de armiño’ había
sido pintada por El Greco, con la única intención de obtener un buen precio por
su venta al barón Taylor.
Como se ve son varios los estudiosos que descartan la autoría de El Greco, y señalan a otros artistas. Para las historiadoras María Kusche y Carmen Bermis, por ejemplo, la pintura sería en realidad una obra de la artista Sofonisba Anguissola.
La dama
Algunos autores han sugerido que la misteriosa dama que aparece retratada en la pintura y que se abriga con una piel podría ser Jerónima de las Cuevas, la mujer con la que El Greco mantuvo una breve relación de la que nació su único hijo, Jorge Manuel Theotocópuli.
Esta identificación, sin embargo, es únicamente una especulación, pues no hay evidencias que permitan demostrar esta hipótesis. De hecho, es que en los últimos años han sido varias las voces que no sólo niegan esta posibilidad.
Autorretrato de Sofonisba Anguissola |
Pero, si no es
Jerónima de las Cuevas, ¿quién es la mujer que nos mira desde el cuadro?.
En opinión de la
historiadora María Kusche (una de las mayores especialistas en la figura de
Anguissola), la dama retratada podría haber sido nada menos que Catalina
Micaela, la segunda hija de Felipe
II, y Duquesa de Saboya, pues guarda cierto parecido con un
retrato que hizo de ella Alonso
Sánchez Coello.
Una hipótesis que
sin embargo descartó en su día el experto José Álvarez Lopera –una de las voces más autorizadas
sobre El Greco–, al argumentar que un miembro de la familia real jamás
habría mirado al espectador de forma tan directa y seductora.
Si la realización de la obra se le atribuye a la artista italiana Sofonisba Anguisola, la identificación del personaje, por lógica, debería ser Catalina Micaela de Austria casada con el duque Carlo Emanuele de Saboya. Esta hipótesis cobra todo su sentido dada la relación especial que existe entre la infanta y la pintora.
Si damos por correcta la autoría y el nombre del personaje también habría, por tanto, que corregir su datación y acercarla a la última década del siglo, ya que por los estudios de la historiadora Carmen Bernis sabemos que la infanta lleva una toca de mujer casada, (ella se casa en 1585) y que su peinado corresponde a la moda del último decenio del siglo, por tanto sería ilógico seguir manteniendo las fechas del cuadro entre 1577-75.
Pudiéramos estar, pues, ante una pintora, Sofonisba Anguissola, que en la madurez de su arte pinta el retrato de una persona a la que ha visto nacer y crecer y con la que, a buen seguro, le unían lazos más relacionados con el cariño que con la profesión.
Catalina Micaela por Sánchez Coello |
Valor incuestionable
No sería esta, sin embargo, la única obra atribuida a El Greco que muy bien pueden ser de Sofonisba Anguisola, como el mismísimo retrato de Pompeo Leoni cuya atribución al artista griego ha sido cuestionada por algunos de los principales especialistas en la época del pintor. También es indudable la influencia de la italiana en las obras del autor griego y otros muchos pintores de su época.
La figura del Greco, prácticamente olvidada durante
trescientos años es redescubierta en los inicios del siglo XX y lo es con tanta
fuerza que se le asignan a menudo y con escaso fundamento obras que
difícilmente pueden ser de su mano. En expresión del profesor Juan José Luna "todo lo que tenía las manos
alargadas se le atribuía".
En definitiva, no sería difícil comprobar si la “La dama del armiño”
remonta sus orígenes al siglo XVI o si por el contrario es una creación más
moderna, pero parece
poco probable que los actuales propietarios de la obra (la Pollok House de Glasgow) se
arriesguen a que un análisis de resultado desfavorable reste valor a la que en
la actualidad es una pieza de enorme valor.
En cualquier caso, la
excelencia y originalidad del retrato está fuera de toda duda.
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